Hungría cancela los trenes internacionales y detiene uno con refugiados en la frontera austríaca

La compañía estatal ferroviaria de Hungría (MÁV) informó que "hasta una nueva decisión" desde Budapest no parten trenes con destino al oeste de Europa después de que una formación, que había salido con cientos de refugiados, fuera detenida al oeste de la capital.

El primer ministro aseguró que los refugiados son "un problema alemán".

Hungría volvió a producir hoy algunas de las escenas más dramáticas de la crisis de refugiados, que dejó al descubierto la falta de solidaridad de Europa al reprimir a cientos de personas que se negaron a entrar en un paupérrimo campo de refugiados, se atrincheraron en un tren y reclamaron ir a Alemania

Mientras los gritos desesperados de familias enteras retumbaban en la estación de Keleti en el corazón de Budapest y en la de Bicske, a unos 40 kilómetros de allí, en Bruselas el primer ministro húngaro, Viktor Orban, ratificaba su "derecho" a no recibir refugiados musulmanes frente al presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker. "Todos los países tienen derecho a tener un gran número de musulmanes si quieren. Si quieren vivir con ellos, pueden, pero nosotros no queremos y creo que tenemos derecho a decidir", declaró el premier ultraconservador en conferencia de prensa.

Esa es precisamente la solución que Berlín impulsa dentro de la UE para enfrentar la llegada de más de 351.000 refugiados e inmigrantes en lo que va del año, según informó esta semana la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). El director de UNICEF, Anthony Lake, advirtió hoy que al menos un cuarto de los refugiados que llegaron a Europa son niños. De ellos, 106.000 ya solicitó formalmente asilo político.

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